quizás este sea el momento
para volver a la brisa perfecta
de los humildes pecados
que infunde
tu pasión abierta
quizás el martirio valga la pena
porque las desdichas que se encuentran superfluas
van apagándose otra vez
y mientras el alba
me obsequie las gotas de tu alma
mis mejillas se iluminarán
y mis ojos
estallarán en rocíos de almíbar
mientras tanto
me sumerjo en tus luceros de ámbar