Solsticio de perfumes envalentonados
En pilares apelmazados navegan labriegos portadores de oquedad
Entre pinceles de revoltijo sagrado hacen su marcha los peones altivos
Desde el abrigo del sol las butifarras exhalan su aliento a hiel
Los saltimbanquis acallan su quehacer ya olvidado
Sentirá un impaciente vigor
Quien no desee jamás gesticular
Miles de ciénagas oscuras
Friedrich Kliebs