es por la majestuosidad del terciopelo hundido de tu mirada
que enriquece el colapso cromático
de risas, de alegrías, de sueños imposibles
y el recuerdo de los pastos, los vientos, las nubes
se desenvuelve sobre una nave mágica
que transita costas iluminadas
de matices felices
tu cabellera iluminada al sol...
cantemos,
cantemos junto a las montañas...!